Capaz de alcanzar más de 380 km/h de velocidad y acelerar de 0 a 100 km/h en menos de 3 segundos según su configuración, es probablemente el coche más rápido que Ferrari ha construido hasta la fecha y ha sido reglado y probado durante más de 35.000 Km. por pilotos de F1. Se trata de una versión ultramodificada del Ferrari Enzo, que incluye mejoras aerodinámicas y mecánicas. Es además un auténtico laboratorio andante que servirá para probar nuevas tecnologías que en un futuro se aplicarán a los próximos modelos de la firma italiana. El corazón mecánico de este supercoche es un V12 DOCH de aspiración natural y 6'2 litros de cilindrada en posición central que rinde 860 CV a 9500 rpm. y 650 Nm. a 5750 rpm. La relación peso-potencia es de tan sólo 1'34 Kg/CV gracias a los 1155 Kg. que arroja en la báscula. La potencia se entrega a las ruedas traseras, y entregar semejante potencia a las ruedas traseras podría suponer un manejo incontrolable y un enorme gasto en neumáticos, por lo cual se desarrolló, en colaboración con GES Racing, un sistema de control de tracción de última generación con nueve configuraciones posibles que pueden ser modificadas en marcha. La influencia con el Ferrari Enzo se puede percibir débilmente en el frontal, pero la trasera es completamente diferante. Incluye un nuevo difusor, unas luces escondidas, un par de alerones situados a ambos lados de la carrocería y unos extraños escapes situados debajo de éstos. Estas modificaciones aerodinámicas permiten mejorar la eficiencia aerodinámica en un 25%. Los neumáticos Bridgestone van montados en llantas de 19" delante y detrás, y éstas, a su vez, albergan en su interior unos frenos carbono-cerámicos de origen Brembo. La transmisión es capaz de pasar de una marcha a otra en 60 milisegundos. Sólo se han producido 30 unidades por un precio de 1'8 millones de euros.
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